Mi práctica artística surge de la intersección entre el diseño gráfico, la fotografía y la exploración de nuevas formas de expresión visual. A partir de mi formación técnica, investigo cómo el lenguaje del color, la composición y la materia puede transformarse en una herramienta poética.

Me interesan los cruces entre lo estructural y lo orgánico. Encuentro inspiración en movimientos como el color block, el impresionismo, la Bauhaus y el brutalismo, cuyas estéticas—ya sea por su audacia formal o por su economía visual—resuenan en mi manera de construir imágenes. La arquitectura cruda y geométrica del brutalismo, en particular, me permite pensar lo visual desde el peso, la forma y el vacío.

Paralelamente, cultivo una afinidad con lo vegetal: frutas, flores, hojas y raíces aparecen como contrapuntos vivos dentro de composiciones controladas, generando tensiones entre lo natural y lo artificial. En mi trabajo busco habitar ese espacio intermedio—donde conviven la precisión técnica y la intuición estética—con la intención de desarrollar un lenguaje visual propio que expanda los límites de mi práctica.